por Daniel Spinato
Me resultó interesante la imagen para reflexionar un poco sobre el respeto y la fidelidad hacia el maestro en una escuela de artes marciales.
CONSIDERACIONES PREVIAS:
EN ESTA VIDA no hay nada eterno, nada es para siempre.
LAS PERSONAS tienen gustos e inclinaciones que pueden cambiar con el paso del tiempo.
CADA SER HUMANO tiene etapas en las que se siente más cómodo y pleno haciendo una actividad en lugar de otra.
NO EXISTE el maestro o el sensei perfecto, ya que se trata de un ser humano con sus defectos y virtudes.
NO EXISTE la escuela o el estilo perfecto, ya que los grupos se constituyen con personas y estas son ciertamente imperfectas.
HAY QUIENES se inician en una escuela o estilo y permanecen allí durante todo su recorrido. Estos son los que encontraron y ratificaron su camino.
ALGUNOS PRACTICANTES se inician y luego descubren otro estilo, otra forma, otro maestro que completa sus expectativas. Esto usualmente se suele dar en los primeros tiempos. No está mal cuando uno busca su camino.
ESTAN AQUELLOS QUE permanecen durante varios años recibiendo enseñanza de calidad, y de pronto se mudan de escuela para continuar su camino con algún sensei notoriamente diferente en actitud, calidad y nivel de conocimientos. Estos son los que no entendieron nada.
HAY ESTUDIANTES que se la pasan alabando a su maestro clase tras clase, durante muchos años y de un día para otro y con excusas banales (o sin ninguna excusa) se cambian a una escuela totalmente opuesta, desdiciendo groseramente los principios que sostuvieron durante años. Estos tampoco entendieron el mensaje.
HAY PRACTICANTES que de pronto deciden que ya aprendieron suficiente y aprovechando las conductas lábiles de un mundo cambiante se ponen al frente de su propia escuela. Pobres en su interior, creen sinceramente haberse transformado en maestros. Estos son los irrecuperables que enlodan la vía marcial más digna.
MI REFLEXION FINAL
EL RESPETO en una escuela de artes marciales debería tener la misma relación que el aire y la vegetación, es decir, nutrirse mutuamente, porque se complementan y se renuevan en forma permanente día a día.
LAS PERSONAS que hablan mucho y demasiado bien de su maestro y de repente cambian abruptamente, sin motivo y sin sentido, deberían plantarse frente a su propia imagen especular y preguntarse internamente, ¿quiénes son en realidad?
SEGUIR LAS ENSEÑANZAS de un maestro durante años y de pronto dar vuelta la esquina sin motivo y desaparecer, es propio de un estudiante que no aprendió nada pese a los esfuerzos de su maestro.
LA INTEGRIDAD PERSONAL, LA HONORABILIDAD Y EL RESPETO HACIA SU MAESTRO en la conducta diaria, ha de ser para un artista marcial el faro que indica el derrotero de su camino y del cual no se debería apartar.
SER UN ARTISTA MARCIAL INTEGRO, no es para cualquiera, por eso hay muchos menos de los que se nombran.
UN MAESTRO, SENSEI, SIFU, SABON NIM, INSTRUCTOR, es siempre perfectible, no es alguien que se las sabe todas, es uno que simplemente empezó a transitar el camino mucho antes y tiene conciencia plena de lo poco que hizo y lo mucho que le falta, pero por sobre todo es un hombre o mujer de conducta honorable y voluntad férrea, dispuesto a transitar los momentos más duros con serenidad, y disfrutar los buenos momentos sin exaltación. Por eso no cualquiera puede emularlo.
