Siempre me sentí atraído por la relación de mutua complementariedad existente entre las artes literarias y las artes marciales, muy bien definidas por la expresión japonesa bunbu ryodo「文武両道」… que podemos traducir como “el estudio de las artes en general y el estudio de las artes marciales deberían ser combinados”.
Es desde allí que he intentado cultivar con la mayor profundidad posible tanto la literatura como las artes marciales que comencé a transitar en 1976, buscando amalgamar ambas corrientes de naturaleza distinta pero cuyos beneficios se potencian, pues creo que es un recorrido que promueve un proceso de crecimiento integral en el ser humano. Esto se produce como consecuencia de abarcar aspectos corporales, anímicos, intelectuales y espirituales.
En ese camino, me ha ayudado mi formación como Psicomotricista y como Personal Trainer tanto como el estudio del idioma inglés y el japonés, todos ellos valiosos recursos que no solamente me han permitido explorar las virtudes, el conocimiento y el pensamiento de escritores, pensadores e investigadores de otras latitudes, sino además mantener activa mi mente para evitar que mis neuronas se asienten en una zona de confort.
Amo las mañanas y disfruto levantarme con el alba, leer, estudiar, escribir e impartir clases diariamente en mi dojo, pequeño, simple, en el que intento preservar las mejores costumbres de la etiqueta y el entrenamiento del budo tradicional. Esa rutina conforma la raíz de mi existencia.
Es un hecho que las artes marciales correctamente estudiadas pueden desarrollar un carácter fuerte, un cuerpo sano y vigoroso, una actitud positiva y enseñar el valor del respeto por los demás.
Pero además de lo dicho, para convertirse en alguien útil para la sociedad, una persona ha de ser sensible empática e inteligente y es precisamente por esa razón que entiendo la necesidad de estudiar las artes en general para poder ampliar el horizonte de conocimientos, recordando la frase: El conocimiento sin la fuerza no puede ser puesto en práctica y la fuerza sin el conocimiento no puede ser usado constructivamente.
Me gusta escribir sobre filosofía y espiritualidad, me gusta la poesía y la investigación, lo cual me lleva a no sentirme encasillado en un género de escritura en particular.
La diversidad humana es magnífica y cada persona transita una ruta particular. Mi camino es el de la literatura y el de las artes marciales y por allí transcurre mi vida.
Daniel A. Spinato