Un concepto bastante común y extendido dice que la maestría viene con los años, pues estos aportan experiencia y madurez. Si bien el concepto tiene algo de cierto, es necesario advertir que el solo paso del tiempo no convierte a nadie en maestro. No importa el camino, la profesión, la actividad, sería injusto y poco meritorio reducir las virtudes propias de un maestro al producto del paso de los años. En la maestría se entretejen otros factores: mucha práctica, sentido común, armonía espiritual, conocimientos técnicos profundos sobre la actividad que cada uno desarrolla, fundamentos teóricos sólidos, humor, postura filosófica adecuada y la experiencia que da la vida cuando se vive a conciencia. Es esto último lo que trae aparejada la madurez con sabiduría, que de otra forma no aparece. No es extraño hallar personas mayores inmaduras o personas jóvenes con una madurez sorprendente, y esto es porque lo que sirve para madurar no es sólo cuánto se vive, sino y sobre todo cómo se vive. Siguiendo estas pautas, entonces si, cuanto más longevo mas sabio y por tanto probablemente al final un verdadero maestro.
LA TIERRA DEL NUNCA JAMÁS
Es el título de mi última obra publicada…
"Un poema es una oportunidad, es una especie de cenote en el cual se sumerge el autor seducido…"
¡PÍDELO YA!
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