Etapas
Se dice que hay varias etapas en la vida de una persona, pero hay cuatro básicas y primitivas, y los seres humanos solemos pasar de una a otra como resultado del cambio en las circunstancias y eventos que jalonan nuestra existencia.
El nivel más bajo es el “tormento”, que implica el sufrimiento físico extremo y la angustia mental. Luego, la “insatisfacción”, un etapa en la cual la persona tiene un permanente estado de insatisfacción de sus anhelos y deseos. En un nivel más alto está la “impulsividad”, una condición que nos lleva a merced del capricho y antojo de nuestras emociones. La última de las etapas básicas es la “intolerancia”, en la cual la persona ya no reacciona simplemente frente a las condiciones externas sino que intenta obtener el control de tales circunstancias.
Estas cuatro etapas primitivas son un claro camino hacia la autodestrucción. La preocupación, el estrés, la ira y la frustración de vivir en tales condiciones abren las puertas a las enfermedades más serias y responsables de acortar nuestras vidas, como son el cáncer y los ataques cardíacos.
Frente a esta realidad, la puerta de salida radica en tomar una ferrea decisión a conciencia para quebrar ese círculo autodestructivo, que permita cambiar nuestras propias circunstancias y decisiones. Desde luego que el primer paso va más allá de una simple decisión, ya que es necesario contar con dos herramientas fundamentales, la paciencia y la perseverancia.