Por Daniel Antonio Spinato
Así está el país hoy, fruto de un proceso de degradación moral y cultural en Argentina que lleva décadas. Los principios éticos que dan forma y vida en sana convivencia a una sociedad normal, según los cánones modernos, han casi desaparecido.
Esto lo podemos apreciar en distintas expresiones de la sociedad prácticamente a diario. Intolerancia, violencia, incompetencia, impunidad, desamparo, abandono, llanto y desconsuelo de los desprotegidos, libertinaje, maltrato humano y maltrato animal casi sin límites y fundamentalmente ausencia de justicia con un peligroso intercambio de roles en donde los victimarios pasaron a ser víctimas y las víctimas se convierten en victimarios. Creo que si parangonamos esto con Sodoma y Gomorra, los resultados nos asustarían.
Barbarie y Actitudes de la Sociedad Rota
Es probable que ni el infierno de Dante pueda contener la malicia, impiedad, egoísmo y ausencia de empatía que anida en tantos corazones que nos han llevado al extremo de condiciones inaceptables para una sociedad en estos tiempos donde existe la modernidad y la barbarie, en los cuales parece que en nuestro querido suelo patrio, la maldad ilimitada anida por doquier y la barbarie intelectual ocupa un sitial incomprensible.
La infección moral que prácticamente está consumiendo gran parte del cuerpo social, parece que ha encontrado una fuerte resistencia en la inmunidad de un tejido social que no se resigna a fallecer en estas condiciones.
Estado de Salud de la Nación y las Provincias
Un estado nacional enfermo que lucha por recuperarse con personas que hacen todo lo posible para recuperar la sanidad de la nación, que tiene provincias que también están enfermas de corrupción con una septicemia ética y moral que no conoce antecedentes en nuestra historia.
Palabras Finales Sobre la Situación Social Argentina
Aun así estoy convencido que todos ellos pagarán sus culpas y verán arrastradas sus viles e ilimitadas ambiciones a su propio y único infierno, sufriendo a llanto partido antes de hundirse en las turbias aguas de Aqueronte. Sus vidas se derrumbarán desde la cúspide de sus maldades y un sol brillante acompañará el esfuerzo denodado de todos los argentinos que quieren el bien porque bien nacidos son.
