Por Daniel A. Spinato
En todas partes del mundo las personas van acrecentando su interés por poder comunicarse en un idioma diferente al de su lengua materna.
A partir de esta corriente es que han surgido una innumerable cantidad de ofertas de cursos de distinta índole en donde se promociona el aprendizaje de un nuevo idioma de manera rápida y con muy poco esfuerzo.
Todo indicaría que los avances en el conocimiento de la pedagogía y las técnicas de estudio para adquirir nuevos conocimientos en el terreno de los idiomas ha pegado un salto cuantitativo tal, que nos permite dominar una nueva lengua en períodos muy cortos y casi sin que nos demos cuenta.
A esto podemos agregar que, en muchas de las publicidades, se hace un fuerte hincapié en que no es necesario estudiar gramática, o no hace falta hablar, o que leer no se justifica hasta tanto no tengamos un nivel algo avanzado. También podemos ver publicidades que promocionan a personas que hablan más de 20 idiomas.
Un aspecto que se menciona mucho, es que lo ideal es aprender tal y como lo hacen los niños, es decir, sin aprender las reglas gramaticales, ya que (según afirman) los niños aprenden a hablar sin estudiarlas, algo que por otra parte no es cierto, pues desde la educación primaria el aprendizaje de la lengua con todas sus reglas es básico. Si no fuera así, para qué se estudiaría lengua en la educación primaria y secundaria.
No obstante, al respecto hay que decir que si un niño en su primera infancia se trasladara a un país distinto al que nació y se insertara en una familia que hablara otro idioma, se adaptaría y aprendería esa nueva lengua con mucha mayor facilidad que un adulto, pero hay que considerar que el nivel de formación de los integrantes de la familia sería clave para determinar el nivel de aprendizaje de ese niño. De allí la importancia de estudiar en la escuela gramática y vocabulario.
Entonces me parece oportuno reflexionar sobre sobre este asunto, ya que hay personas que tienen mucha fe en estos métodos, pero también hay muchas otras que albergan dudas al respecto.
En primer lugar, partamos de la base que nuestra lengua materna es el español, una lengua latina o romance. Si queremos aprender inglés (una lengua germánica / anglosajona) debemos saber que este tiene una mayor cantidad de sonidos, algo que implica mayores dificultades en la pronunciación, y para los angloparlantes, aunque el español tenga una menor cantidad de fonemas, se complica debido a las complejas leyes gramaticales que esta lengua posee.
Veamos ahora qué sucede con un idioma como el japonés que no utiliza el alfabeto romano y que requiere el aprendizaje de tres sistemas de escritura y reglas gramaticales muy diferentes al español.
Si alguien cree que puede progresar en el idioma japonés sin aprender reglas gramaticales y estudiar los tres sistemas de escritura (Hiragana, Katakana y al menos 2000 kanjis) en forma sistemática, salvo que sea un dotado con facultades especiales para el estudio (que de hecho los hay, pero no abundan), creo que con el tiempo podrá comprobar por sí mismo que los resultados no son los que esperaba.
Aunque no suene muy agradable, y por más que la tecnología avance a pasos agigantados, cuando el ser humano quiere adquirir nuevos conocimientos, la mejor alternativa sigue siendo la que viene desde la profundidad de la historia, que es sentarse a leer con paciencia y mucha constancia de manera metódica.
Al igual que sucede con la actividad física, no hay secretos por develar, nadie puede ponerse en forma ejercitándose durante diez minutos diarios mientras mira televisión, y no es posible aprender japonés si no se hace el esfuerzo debido abarcando todas las áreas del aprendizaje.
Dicho esto, es preciso dejar claro, que todo depende de la voluntad de cada uno, y el aprendizaje de esta hermosa lengua del sol naciente, les abrirá puertas insospechadas a un mundo cultural de dimensiones increíbles al que todos pueden tener acceso.
LA ADQUISICIÓN DE CONOCIMIENTOS NO TIENE ATAJOS.