Por Daniel Antonio Spinato
Aprender japonés es apasionante, pero también exigente. No es un idioma para atajos ni promesas mágicas. Estos son algunos puntos clave que conviene tener en cuenta desde el inicio:
1. El japonés es muy diferente al español
No solo por la escritura, sino por su lógica gramatical. El orden de la frase, las partículas, la cortesía y la omisión del sujeto obligan a pensar de otra manera.
2. La gramática no es el enemigo
Nadie habla un idioma sin gramática. El punto no es evitarla, sino estudiar cómo, cuándo y con qué profundidad, siempre acompañada de ejemplos reales.
3. No existen aprendizajes milagrosos
El japonés no se aprende en pocos meses. Requiere tiempo, constancia y paciencia. Aceptar esto evita frustraciones innecesarias.
4. La escritura no puede postergarse
Hiragana, katakana y kanji deben trabajarse desde el comienzo. La escritura manuscrita ayuda enormemente a fijar formas y significados.
5. Leer y escuchar japonés real es fundamental
Aunque no se entienda todo. El oído y la lectura se entrenan con contacto real, no solo con explicaciones.
6. No esperes hablar perfecto
Equivocarse es parte del proceso. La fluidez llega con la práctica, no con el miedo a cometer errores.
7. Mejor poco y constante que mucho y esporádico
La regularidad mantiene el idioma vivo y evita el desgaste mental.
8. Aprender japonés también es aprender cultura
El idioma refleja una forma distinta de comunicarse y de ver el mundo. Ignorar esto limita la comprensión real.
9. Disfrutá el proceso
No es una carrera. Es un camino largo, con avances y retrocesos, pero profundamente enriquecedor.
No hay magia en el aprendizaje del japonés, pero sí una enorme satisfacción para quien persevera.













